jueves, 26 de agosto de 2010

José María Gonzalez Ortega

































A L A S DE C A R N E

Para Sagrario Torres, hermana poeta, en su homenaje
(“Los ojos nunca crecen”)


RECIEN PISADA
la serpiente,
la máscara
(los bordes
yertos)
vuelas, trozo
de luz, niña
de luna hermosa
como el deseo,
“porque quieres
jugar, y no morirte”.

Vives, y, ardiente,
la palabra
te persigue, busca
tu dimensión,
tu jardín,
tu forma
natural
y sin comunes,
propia.

Sirio joven, espiga
y almendro, tú:
Playas de lentas
olas, de sirenas
desnudas y doradas
-novias fueron
de Ulises-, dentro
tuyo, vivas
en tus raíces.

Conoces, creas, das
amor, por eso lloras,
y caes,
y cantas,
y ríes...

Alas de carne “crecen
en tus ojos”,
en tus labios
del
mundo,
compañera.


Con mi más sincera amistad,
con profunda gratitud,
con un fuerte abrazo.


JOSE-MARIA GONZÁLEZ ORTEGA

(Grupo Literario “Cálamo” de Ciudad Real)

José María Bermejo


Sobre Regreso al Corazón

José María Balcell Domenech





























































































José Luis Rodriguez Argenta

HABLANDO CON TUS CATORCE BOCAS





Contigo he pasado esta noche, Sagrario, con tus versos,
con tus catorce bocas,
con tu naranja única;
con tu deseo de dedos de rastrillo
que llamaban a mis ríos solitarios y a mi sangre.

Nunca, sabes,
he podido verter en dunas esta arena
y nunca esta agua dolorida
sonó entre labios verdaderos, prolongado canto
de piedra y transparencia
igual que tu enjuagada caracola.

Jamás los deltas infinitos de la aurora
dejaron la materia, ésta materia mía
delgada regresando a su blancura,
tu blancura, Sagrario, que pides al final con grito de tus ojos.

Ahora recuerdo
al apagar tu libro; tu soñar inmóvil,
recuerdo el Dios que me has hablado
ayer, la otra tarde por teléfono,
que quema tu boca o tus catorce bocas

y pienso en esa llave que tienes en tu arca
que sabe abrir el beso,
que sabe abrir la rosa,
que sabe abrir la presa, ésta del pecho
fundido en mordeduras,
en solitaria sangre,
esperando la copa cristalina siempre
que pueda contenerla con pureza
sin verter una gota de pureza.

Y pienso,
estoy pensando todas las distancias y todas las ausencias
y cómo nunca verás en tu jabón mis huellas.

Te veo perdida, dejando aquellas rosas en otra piedra
borrada por tu llanto
¿por qué no estaría yo, allí, Sagrario,
mis manos,
para guardar aquel instante,
la belleza de tus ojos como nunca, estoy seguro?

Una lágrima tuya sola hinchada de soledad de ti
tantas veces, como al abrir la puerta de tu casa,
llega ahora a tu sed vertida en tu melena,
filtrada hasta tu pecho ansiando ese otro pecho
fuerte con latir de bronce y de caverna.

Gracias por escribir hombre con mayúsculas,
gracias también por tu mochila;
¿habrá algo en ella, me dejarás mirarlo,
que cure las llagas que me deja esta locura
mía
de mis horas?

Gracias, Sagrario,
pero ¿es que acaso
no sabes que cada uno de nosotros,
todos, somos un pálido reflejo, ya olvidado
de un solo dedo de aquel, de cuerpo recostado,
que sueñas y a quien te llegas con ungüento
y secas con tu pelo entero y ofrecido
como ninguna Magdalena haría?

Él, que solo puede ser el hombre,
el vino de las vírgenes, la misma
nada nuestra.

Acércate una vez más, sólo te pido, está en tu alcoba;
y con tu fe dorada de tus venas,
que puede mucho,
quema un poco mas, para este mundo
que dejamos, de esa radiante ajazminada cera
virginal que fluye de tus catorce bocas.


JOSÉ LUIS RODRÍGUEZ ARGENTA
Madrid, octubre de 1968

viernes, 9 de abril de 2010

Jose Lopez Martinez


Jose Ledesma Criado

















A SAGRARIO , con mi fraterno abrazo

Sagrario, amor es la disculpa
recuerdo tu verdad de Valdepeñas
visión del mar el labio y la azucena
soledad de un cansancio entre los lirios.

La tarde aquí en Madrid
-Salamanca en la niebla-
me obliga a caminar donde tus voces
gritan atardecer en el olvido.

La ausencia me columpia entre las vides
tu luz es la poesía de mi alma
la tarde, -luz violeta- la tristeza
es rojo amanecer en este abrazo.

Sagrario, amor es la distancia
y la piedra es la espuma de tus versos.


JOSE LEDESMA CRIADO

Madrid

con el andén a Salamanca 14-XII-79

Jose Javier Aleixandre















































































































CARTAS DESDE MUY CERCA

a Sagrario Torres

Desde hace tiempo te debía carta.
Se me quedó en el punto de la pluma
como un ovillo prieto
sin devanar; como preñada nube
que nunca desataba su madeja de lluvia;
como la espina de una flor sin pétalos
clavada en mi pereza.

(Se me pasan los días asomado
detrás de la ventana sin romper los cristales.
Imaginando abismos y montañas,
desbocadas estrellas, rincones ateridos,
navegaciones, sendas empedradas de alas,
vértigos infinitos sin esquinas,
ramas para las jaulas de mis miedos.
Pero no rompo los cristales. Cruzo
de mi calle a mi calle, pasajero
de un autobús parado.
Con partos de ratones en los montes
que pretendo elevar en mis palabras.
Una vez y otra vez para mañana
dejando lo que tengo que hacer hoy.
Y por eso, mujer, amiga mía,
desde hace tanto tiempo te debía carta).

Nuevamente me escribes.
Siembras tu corazón en la tristeza
de una muerte que al alba te remueve
la tierra antigua que implacable avanza
-vidrios puestos al sol- en tu memoria.

Ahora sí, mi pluma se hace espejo
de lágrimas ocultas,
para llegar hasta tus señas
-Virgen del Coro,10- y con pisadas
de amarillo papel casi arrugado
subir por su escalera mi saludo.
Este saludo que me va saliendo
sin tachaduras y sin pausas,
como una enredadera que intentara
subir a tu ventana tan abierta a las rosas
el campanario del amigo.
Que si parezco olvidadizo y busco
por mis bolsillos sin cesar disculpas,
es porque casi siempre las campanas
me vuelan en silencio y hacia dentro.

Mujer, amiga mía, tú que sabes
recoger aleteos de vida verso a verso,
como si fueran flores para bordar despacio
sobre pacientes bastidores,
acoge esta costura
precipitada y con hilvanes
y pliégala en el arca
profunda de las cosas verdaderas
con la benevolencia que acostumbras.
Comprensiva recoge
la catarata de este par de pliegos
que desde mi desorden locuaz se precipita.
Es que en el punto de mi pluma
por fin la tinta azul se ha desbordado.

JAVIER ALEIXANDRE
Enero de 1995





JUEGO FINAL

(SONETO SIN SINALEFAS)



Un soneto pretendo sin ninguna
sinalefa servil agazapada,
y las combatiré con estudiada
precisión. Sin piedad. Sin dejar una.

Sin que la lengua con inoportuna
traba deba luchar. Para que nada
tuerza la voz, y con la voz salvada
pueda ser la palabra limpia cuna.

Ya consiguiendo voy lo que quería,
por más que necesite todavía
culminar con tres versos esta brega.

Pero cumplo, por fin, y mi soneto
hasta la meta del postrer terceto
sin una sola sinalefa llega.

JAVIER ALEIXANDRE
Colección Julio Nombela
Asociación de Escritores y Artistas Españoles
Año 2.003


SONETOS DE HOMENAJE A SAGRARIO TORRES compuestos el día 16 de enero de 1982 por los poetas Luis López Anglada, Angel García López y José Javier Aleixandre, en casa de Luis, al que también asistieron Carlos Murciano y Leopoldo de Luis; estos últimos no figuran porque se marcharon antes, y la composición de estos sonetos se hizo a las dos de la mañana. Este homenaje tan cariñoso e inolvidable quiso hacerlo Maruja Guerra Vozmediano, como agradecimiento por el poema que yo le dediqué en mi libro “Regreso al corazón”.

Cada poeta iba escribiendo un verso, improvisado, en cada uno de los tres sonetos tratando así de dar sentido al verso anterior.

Fue una noche magnífica.


HOMENAJE A SAGRARIO TORRES
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16-1-82


Ay, Sagrario, Sagrario ,tengo prisa
para decir lo que decirte quiero,
¡si me pudiera hacer valdepeñero
y beberme de un trago tu sonrisa!

Si pudiera del mar darte la brisa
yo, manchego, me hiciera marinero
y, para mejorarlo, vinatero
que un vino dulce y suave te improvisa.

¡Qué cosecha de versos tan hermosa!
Hermosa y deliciosa y tan preciosa
como Sagrario Torres se merece.

¡Que todos tus laureles, Valdepeñas,
digan laureles donde dicen dueñas
y crezca en ti el amor que nos florece!



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Soneto raudo, improvisado, impropensado, cálidamente escrito en tiempo increíble para una Mónica que fue Sagrario, porque torres mas altas han sido objeto de sonetos de estos tres poetas.


Ella llamarse Mónica quería
pero Sagrario le tocó en la suerte
y ha de seguir así hasta su muerte
Mónicamente haciendo poesía.

Mónicamente hacerlo no debía
porque ya sabes tú –verte y no verte-
¡Que agiten los pañuelos de Reverte!
¡Que no le den la oreja que pedía!

Mas Mónica será después de todo
la que no hará que taches ni que borres
porque si borras, majo, no hay soneto.

Y ahora hay que buscar el mejor modo
¡Tú, manchega del sol! ¡Sagrario Torres!
¡Entidad y poesía! ¡Peso neto!


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Para Sagrario en una noche nochera en casa de Don Luis (y no Mejías) mientras los versos echaban a volar y los poetas, sin saber de qué venía el consonante, ni acertaban a decir lo mucho que los tres, en uno, la querían.


Para Sagrario este soneto empiezo
marmóreo, de cristal, luna y granito.
¡Que quede como en mármoles escrito,
escrito en una rama de cerezo!

Sauce, magnolia, corazón y brezo.
Digo tu nombre, digo y lo repito,
porque para llegar a lo infinito
a una sola persona sólo rezo.

¡Sagrario Torres! ¡Mónica manchega
que con su verso ha derrotado al vino!
Al vino y al se fue y al que se queda.

¡Cómo gramaticalmente se entrega
revolviendo su verso a lo divino.
Júpiter yo, divina, hermosa Leda


LUIS LOPEZ ANGLADA
ANGEL GARCIA LOPEZ
JOSE JAVIER ALEIXANDRE

Enero de 1982