sábado, 23 de enero de 2010

ANONIMO



ANÓNIMO

Mi hermano el ser humano.

Lentamente,
con un paso de anciano destruido por la vejez,
el ser humano se va quedando olvidado,
arrinconado como un mueble viejo
en el desván de los recuerdos,
quemándose en un fuego de venas adentro,
en un horno crematorio
manejado por sus hermanos de raza.

El trabajo ingrato de muchas gentes,
la sociedad luchadora,
competitiva,
destructora de todo valor humano y espiritual,
la soledad de muchas gentes,
las circunstancias de cada cual,
hacen del ser humano,
de mi hermano, el hombre o la mujer,
un ser frío y decadente
que se encierra en sí mismo, en su caparazón,
que se niega a seguir respirando un aire contaminado,
podrido y enfermo...
que poco a poco le va asfixiando,
aplastándolo los pulmones,
el corazón,
los bronquios.

(publicado en no sé dónde en la Pág. 34

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