SONETOS A TOLEDO
III
Horadó por tu cumbre retadora
su aguilesco refugio la nobleza,
y en ansia de vivir mayor grandeza
levantó su columna rezadora.
Babélica Toledo. Tentadora.
Turgente y desnudada sin vileza.
En tu apretado músculo bosteza
satisfecho tu azar de seductora.
Diabólica y angélica tuviste
como una piel humana el atractivo
despertador de las sensualidades.
Carne ganada para santidades.
Como rayo flamígero pusiste
en fuga eterna al invasor lascivo.
lunes, 24 de agosto de 2009
ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 57
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