LA TRISTEZA OCULTA DE GUILLERMO OSORIO§
“Arrojándole huesos a la vida entretuve la vida diente a diente”
G.O.
Como si nada fueras, tú vivías
modesto y escondido y sonriente.
Tu trago del placer era ese diente
hincado entre los versos que bebías.
A cumbres no alcanzadas tú subías
y bajabas con flores en la frente.
Nunca le hiciste a nadie confidente
de tus arrobos y melancolías.
De ti mismo soñabas olvidarte.
De ti. ¿De cuantos más, dime, Guillermo?
¿Qué te hicimos para querer marcharte?
Alzo mi copa por tu nombre vivo,
y levanto la voz para llorarte
en los catorce versos que te escribo.
§ 1.984
Pub. En “AGUACANTOS” Col. Poesía. Madrid, 1.984
lunes, 24 de agosto de 2009
ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 27
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario