lunes, 24 de agosto de 2009

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 83

MI JUVENTUD ENTRÓ EN UN MUNDO SOÑADO§
A la novelista Concha Espina que conocí ciega, y me dio consejos en un periódico.


Con mi perfil de líneas angulosas
fui a conocerte un venturoso día.
La primavera de dulzor henchía
la axila más pequeña de las cosas.

Me tocabas con manos primorosas.
Mi juventud, sin ley de mayoría,
era una corza alegre que bebía
bajo un rayo de sol, junto a las rosas.

Con un tronco de ramas abatidas
tallé mi gran pupitre, y lo ha gastado
en la escuela del mundo mi Destino.

Por el yunque las manos tengo heridas.
Mi cuerpo por las torres he colgado.
¡Ya no puedo bajar a otro camino!

§ 1.955

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