EL NIÑO QUE DESDE EL CIELO SUSPIRABA POR SU CARIÑO EN LA TIERRA§
A E. y P.
El niño pudo ser cuanto quería:
Hortelano. Frutero. Perfumista.
Pescador. Campanero. Pendolista.
Fue sabedor de todo. Y no crecía.
Aprendió la más bella alfarería.
Fabricó mecedoras. Fue tallista.
Y poeta. Y pintor. Y violinista.
El niño era feliz, pero gemía.
Nada te falta. Dinos, ¿qué más quieres
siendo paje de un REY todo de armiño
y enfermerito de los ciervos cojos?
Él miraba la tierra. Allí, a dos seres.
-Es que quiero- decía siempre el niño,
seguir siendo la niña de sus ojos.
§ 1.987
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