lunes, 24 de agosto de 2009

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 85

TINIEBLAS§


O vino a mí, Señor, o yo búsqueme
éste temor que mi existencia mina.
Por un yermo sin luz mi alma camina.
Ni a su soberbia ni a su orgullo teme.

Así voy por caminos, tras mi sombra,
absorta en descifrar mi exigua nada,
y el milagro de ser. La fe nublada,
es un fantasma yerto que me asombra.

Ansío lo inmortal, y en ese infierno
de impotencia tan vil, la sed me abrasa,
como una llama del abismo eterno.

¡Oh, Dios! Mi corazón de fe rebasa,
y cúrame por siempre el mal interno
pues me devora inconsumible brasa.

§ En “Albores”. Años cuarenta

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